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RELACION CANTIDAD DE HABITANTES Y DE ABANICO DE PROGRAMAS EN MEDIOS ELECTRONICOS EN EL INTERIOR DEL PAIS, PODRIA RESULTAR QUE DETERMINADOS PROGRAMAS TENGAN ESCASAS PERSONAS DE AUDIENCIA.


Analistas en Comunicación de la nueva generación de investigadores en medios electrónicos y alternativos, opinan que con “el abanico enorme de medios, dividido la escasísima población de Uruguay”, resulta difícil pautar publicidad de una empresa y ser visto por un considerable auditorio que puedan inclinarse por productos o servicios.


Tomemos un ejemplo concreto, la ciudad de Mercedes.
Si nos remontamos a los años 1975, quizás nos encontrábamos con una población del entorno de los 40 mil habitantes, (según estadística y censos del Uruguay). En esta perspectiva estábamos a una plataforma de una radio am, una radio fm y un canal de televisión de aire. Es posible que dentro de este escenario todavía con la inexistente Internet y la digitalización de la información, tanto en horas de la mañana en radios, como a horarios centrales cerca de las 21.00 horas en la televisión, se concentraran grandes audiencias proporcionales a la densidad de habitantes de la zona.

Hoy por hoy, este escenario ha cambiado drásticamente. En los años noventa por concepto de “favores políticos” el espectro de radios creció de una manera desproporcionada y el advenimiento de los canales de cables hizo que el público tuviera a veces en el entorno de 60 señales para elegir. Si tomamos todavía consideramos la “red de redes”, el instrumento más democrático y más impresionante de difusión global de contenidos, estamos con una cantidad inusitada de “canales de comunicación” versus audiencia. Tal vez si contempláramos los tiempos de exposición a diferentes propuestas sobre cantidades de audiencia, determinados programas al aire en medios electrónicos como radio o televisión, podrían estar al aire con una cantidad de espectadores que tal vez podríamos contarla con los dedos de las manos.

Lo cierto que esto favorece el nivel de instrucción de la sociedad, tal vez dependiendo de elección de distintos contenidos y la proliferación de programas en el interior, por sus bajos costos de compra de los espacios, dado la baja incidencia de audiencia, por ésta “suerte de proliferación impresionante de canales de comunicación”. Sin duda esto posibilitará en el futuro el surgimiento de nuevos periodistas, que tal vez logren ser excelentes, que en el período del la monopolización de la información no tenían chance alguna de ser protagonistas de un programa en un horario central, remitiéndose solo a ser asistentes o figuras secundarias en aquellos años

    Lic. Esteban Castiglioni Mendizábal
   Universidad Complutense de Madrid.


 

REFLEXIONES

VENTA DE TIERRAS Y OTRAS YERBAS…



El diccionario de la Real Academia Española indica que REFLEXIONAR” significa: "considerar nueva o detenidamente una cosa".
Muchas de las ideas aquí expuestas no son absolutamente nuevas u originales, ya que sobre el asunto de la mundialización de la economía se ha escrito auténticos ríos de tinta durante los tres últimos lustros, tanto en estudios científicos como en artículos periodísticos.
La inserción de los países latinoamericanos en el sistema capitalista mundial no ha sido diferente de la de los países colonizados por Europa desde finales del siglo XIX. Su independencia política no implicó nunca una independencia económica, puesto que vendían materias primas y compraban productos manufacturados a la metrópoli de la misma manera que las colonias. Asimismo, la presencia del capital extranjero siempre fue determinante para financiar las instalaciones productivas y las infraestructuras y equipos necesarios que facilitaran el trasiego de las mercancías. Tampoco se deben olvidar las cuestiones geoestratégicas por parte de las potencias en el nacimiento "soberano e independiente" de algunos países latinoamericanos, como es el caso de Uruguay.
No falta quien asegura que el padrinazgo británico en la independencia uruguaya (1828) se debe a la necesidad  del imperio más poderoso de la época de contar con una base de apoyo situada entre los dos países más grandes de América del Sur: Argentina y Brasil (Fernández Huidobro, 1998). A modo de anécdota, recordamos que hasta los billetes uruguayos de cinco pesos mostraban las banderas de Argentina, Brasil, Uruguay e Inglaterra como símbolo de la "independencia" del país.
En estos tiempos no ha cambiado mucho nuestra realidad y los países subdesarrollados seguimos dependiendo de las potencias mundiales para llevar adelante nuestras economías.
Por más que los siglos hayan pasado, la influencia extranjera ha sido fundamental para nuestro desarrollo. De forma que el  crecimiento económico, el aumento de las exportaciones y la multiplicación de las inversiones están directamente vinculados a este fenómeno.
El mejor ejemplo en estos tiempos es las VENTAS DE TIERRAS en nuestro país y lo que ello implica  para nuestra  economía. 
Durante los últimos años, miles de argentinos, brasileños e incluso europeos han estado llegando a nuestro país a comprar, arrendar o simplemente husmear en nuestras tierras.
Muchas razones explican esta tendencia, pero tal vez la más llamativa y  beneficiosa, sobre todo para los productores “apretados” y los comisionistas “oportunistas”, es la famosa “fiebre de la soja”.
No obstante, hoy en día, y lejos de aquellos tiempos de bonanzas del 2003, esta explicación es insuficiente puesto que la realidad es otra. La pregunta es clara y concisa: ¿quiénes y por qué siguen   comprando tierras en  nuestro país?
La respuesta es incierta, sobre todo para los corredores inmobiliarios rurales, que no podemos asegurar ni fijar un criterio, y mucho menos marcar un perfil cierto al respecto.
Todos coincidimos en que la  cantidad de compradores potenciales ha caído considerablemente, pero también consideramos que aumentó la calidad humana y profesional de la demanda.
Durante el “boom”  agrícola, sobre todo en nuestro departamento de SORIANO, abundaban los curiosos; ahora, en cambio, han quedado solamente los compradores genuinos, quienes buscan campos de muy buena calidad y están dispuestos a pagarlos bien o aquellos que prefieren extensiones importantes a precios más razonables.
Sin duda, los cambios tecnológicos y los beneficios fiscales que nuestro país ofrece son algunas de las razones.
Pero seguramente la más sólida viene de la mano de la familia K y el caos agropecuario que ha provocado en la República Argentina.
Al descenso en la producción de trigo sumémosle la escasez gradual y casi irreversible de carne vacuna, que va lentamente convirtiendo al país vecino en un simple importador.
Todo esto, potenciado con la poca confianza generada para atraer capitales y mantener a sus propios productores, está desembocando en un nuevo éxodo hacia nuestro país, tal cual ocurriera en el comienzo de los años 2000.
Esta claro que Uruguay ha aprovechado esta coyuntura y por lo tanto, hoy en día, un buen campo rinde mucho  mas que hace 5 años atrás.
Las nuevas estrategias empresariales, la fertilización, las variedades de riego, el uso creciente de insumos y muchos otros factores, le han dado otro perfil al negocio.
El futuro político del país también cumple un rol importante, ya que estamos saliendo de un proceso eleccionario histórico y aunque muchos han levantado el pie del acelerador a la espera de los acontecimientos, otros muchos aceleran a buen ritmo, ya que no vislumbran cambios importantes en las reglas de juego del agro uruguayo.
Si hay continuidad económica, seguramente el mercado seguirá con dinamismo, aunque oscilando en el tipo de compra, ya que si bien hace un tiempo atrás se solicitaban campos netamente agrícolas y no de mucha extensión, hoy los pedidos se ajustan a campos ganaderos o mixtos y de mayor tamaño o específicamente a campos de prioridad forestal.
Lo que NO está muy claro es si los precios llegaron a su tope o si seguirán superando la barrera de los ocho y diez mil dólares, como ha sucedido en los departamentos de SORIANO y COLONIA.

PLUSVALÍA

Coincide con el valor de la tierra como seguro de inversión.
Esto permitió el ingreso al mercado de otro tipo de compradores que no pertenecen al sector productivo, pero sí al sector financiero.
Los nuevos compradores miran 10 veces  antes de hacer un movimiento, pero saben que el campo, al cabo de unos años, genera una plusvalía.
Estos nuevos clientes se interesan por cualquier tipo de campos, pero en su gran mayoría prefieren extensiones chicas y con comodidades extras o, de lo contrario, excelentes tierras agrícolas.
En definitiva, por un lado quedaron los grandes productores y conocedores del negocio, y por otro, los empresarios acostumbrados a hacer inversiones  con resultados a futuro.
Estos señores saben que a largo plazo una situación  como la  actual es positiva. Si usted va promediando picos de baja con momentos de suba verá que finalmente la tendencia  en el valor de la tierra siempre es favorable.
Otro punto destacable y desconocido para la gran mayoría es la corriente que se está generando en la  participación de  negocios inmobiliarios de productores y empresarios uruguayos. Se trata de gente que teniendo vocación de campo vendió sus empresas -una industria, una línea de producción, etc. - y le ha echado el ojo a la posibilidad de realizar inversiones especulativas sobre la base de la tierra y el ganado.
Evidentemente, en este momento se ha depurado enormemente el grupo de productores que estaba presionado por los bancos. La coyuntura puede no ser ideal, pero nadie parece discutir  las bondades del negocio a largo plazo.
Aquellos  productores que no están  complicados económica o financieramente prefieren quedarse con el campo. En parte, porque no ven alternativas para colocar activos líquidos y en parte porque la tierra y la ganadería les brinda la seguridad que difícilmente encontrarían en otros bienes.
Lo que SÍ está muy claro es que la compra de bienes raíces, tanto rurales como urbanos, sigue siendo el mejor negocio.
Los corredores inmobiliarios debemos ser responsables de trasmitir las bondades de estas inversiones, que no solo favorecen a los directamente involucrados, sino a la sociedad en su conjunto.

Y, como conclusión, una cita famosa perteneciente al escritor Bertold Brecht, adaptada a nuestros tiempos, que dice:  “Primero golpearon la puerta de los del campo, pero a mí no me importó, total no tengo ni conozco a nadie del campo; luego golpearon la puerta y se llevaron los ahorros de los jubilados, pero a mí tampoco me importó, total a mí me falta mucho para jubilarme; ahora están golpeando a mi puerta... y presiento que ya es demasiado tarde para poder ocuparme”.

  Por Juan Francia Rava
  Presidente de la Cámara Inmobiliaria de Soriano


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